Resumen del Remedio Casero
Comencemos con algo suave: Gárgaras de Agua Salada
¿Te acuerdas cuando tu abuela te decía que hicieras gárgaras con agua salada? Pues tenía razón. Mezcla media cucharadita de sal en un vaso de agua tibia y haz gárgaras varias veces al día. Esta solución simple puede reducir la inflamación, aliviar el dolor y combatir las bacterias que provocan la infección.
Miel, No Sólo Un Dulce Consuelo
La miel es conocida por sus propiedades antibacterianas y calmantes. Incorporar miel a tu té o simplemente tomar una cucharada puede dar alivio a tu dolorida garganta. Además, está demostrado que la miel puede ser más efectiva que algunos medicamentos de farmacia al reducir la tos.
El Poder del Vapor
Respirar vapor puede aliviar la congestion nasal y la garganta irritada. Puedes inhalaciones con agua caliente o incluso tomar una ducha larga y dejar que el vapor haga su magia.
Ingredientes Naturales que lo Tienen Todo
- Limón: Rico en vitamina C, puede aumentar la capacidad del cuerpo para luchar contra la infección.
- Propóleo: Un antibiótico natural que las abejas fabrican y que puedes encontrar en tiendas naturistas.
- Jengibre: Un antiinflamatorio por naturaleza que puede ayudar a aliviar tus síntomas.
Masajear, No Sólo Para Sentirse Bien
¿Alguna vez has masajeado tus propios cuello y hombros para relajarte? Bueno, hacer masajes suaves en la zona del cuello puede mejorar el flujo sanguíneo y aliviar algo del dolor de garganta. Hazlo con un poco de aceite esencial de eucalipto para potenciar el efecto.
El Descanso, Más Importante de lo que Pensamos
Descansar suficiente es vital. Cuando estás enfermo, tu cuerpo necesita energía extra para luchar contra la infección. Así que sí, tomarse esos días libres y descansar en cama no es nada más que bueno y necesario.
Evitar Irritantes
Mantén alejado del humo del tabaco y los ambientes polvorientos, así como evita gritar o hablar en exceso para darle a tu garganta la oportunidad de recuperarse sin estrés adicional.



